Por Patricio Espinoza Bravo | Periodista | @patricioeb
Cuesta comprender que, mientras la propia administración del Presidente Gabriel Boric impulsa una disposición orientada a restringir el despido futuro de funcionarios de su mismo sector político -la denominada “Ley de Amarre”-, en la Región de Aysén exista como represalia dejar sin empleo a una persona afín al oficialismo.
Este es el caso de Carol Epuyao Pinilla, funcionaria de la coordinación regional del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama), quien en febrero de 2023 aceptó el desafío de integrarse a esta repartición dependiente del Ministerio de Desarrollo Social y Familia. En ese entonces, reconocida como una activa gestora frenteamplista, asumió como Encargada del Programa Envejecimiento Activo, una responsabilidad que distaba de ser económicamente atractiva y que implicaba, más bien, un compromiso vocacional con el servicio público.
Sin embargo, la expectativa de esta orfebre y estudiante de Administración Pública de aportar desde el Estado se quebró rápidamente. A continuación, los antecedentes.
La Denuncia
Este reportaje expone una serie de hechos que configuran un patrón sistemático de vulneraciones, sustentado en una denuncia por Violencia, Acoso Laboral y Sexual en el trabajo. Dichas conductas se enmarcan en los procedimientos establecidos tras la promulgación de la Ley Karin (21.643), normativa que fija mecanismos de prevención, investigación y sanción, incluyendo denuncias formales, medidas de resguardo y procesos disciplinarios destinados a proteger a los trabajadores. La reconstrucción de los hechos se complementa con una entrevista en profundidad a la denunciante.
En el relato se identifican prácticas como la exclusión deliberada de espacios laborales e informales; invisibilizar el trabajo realizado -incluso en actividades evaluadas positivamente por la comunidad-; la generación de rumores, cuestionamientos infundados y observaciones selectivas dirigidas exclusivamente a la funcionaria afectada; la duplicación y acumulación de funciones sin respaldo administrativo ni ajuste contractual; la asignación de tareas correspondientes a otras funcionarias ausentes o con bajo nivel de cumplimiento; la inexistencia de mecanismos de contención frente a conflictos internos; la validación tácita de conductas hostiles por parte de la jefatura; la falta de respuesta oportuna ante denuncias formales e informales; y el uso abusivo de relaciones personales entre funcionarias y autoridades externas que influyen en la dinámica interna del servicio.
A ello se suman exigencias administrativas desproporcionadas, aplicadas únicamente a la denunciante, un elemento clave que introduce un factor estructural de desigualdad, incompatible con los principios de probidad y trato justo, que deben regir en la administración pública.
Las Secuelas
Las consecuencias en la salud no tardaron en manifestarse: crisis de angustia, dolores físicos persistentes, licencias médicas asociadas a riesgo psicosocial laboral y un deterioro progresivo del bienestar emocional, con impacto directo en su vida personal y profesional.
Finalmente, la funcionaria fue desvinculada mientras la denuncia por acoso laboral aún se encontraba en tramitación, lo que reviste una especial gravedad administrativa al vulnerar el principio de no represalia.
Ante la magnitud de los hechos denunciados a través del protocolo interno de Senama, se solicitó testimonio a otras funcionarias que habrían presenciado situaciones similares. No obstante, varias manifestaron temor a declarar, señalando que determinadas personas abusan de 'su poder político' y que prestar declaración podría acarrear consecuencias laborales.
Este miedo refuerza la percepción de un ambiente laboral donde no existen condiciones reales de seguridad para denunciar y donde las prácticas de maltrato persisten, debido a relaciones de poder asimétricas y a la falta de control institucional efectivo. Una situación que no solo afecta a quien denuncia, sino que erosiona profundamente la confianza y el funcionamiento del equipo en su conjunto.
“Estúpida, maldita”
“Cuando comencé a trabajar en el servicio me sorprendió la hostilidad del ambiente laboral, las funcionarias tenían actitudes agresivo-pasivas en contra de otra colega, refiriéndose a ella como ‘el lado oscuro de la fuerza’ y que habían tenido ganas de golpearla”, relató Carol.
Pasar de ser testigo a víctima del maltrato horizontal fue breve. Carolina Gómez, según el testimonio de Epuyao, se refería a ella como 'estúpida' o 'maldita'. “En un comienzo lo encontraba gracioso por el tono como lo decía, pero en algún momento le pedí que lo dejara de hacer, porque a mi juicio era normalizar tratos violentos y no correspondía”. Tras ello, fue catalogada como “muy sensible”.
Hostilidad y privilegios
La injerencia de la seremi de Desarrollo Social y Familia Karina Acevedo Auad, junto a su jefe de gabinete Camilo Gutiérrez, habría traspasado el ámbito de la dependencia administrativa, influyendo además en un trato preferencial hacia la funcionaria Sandra Henríquez -amiga de la primera y pareja del segundo-.
Durante los extensos periodos de ausencia de Henríquez, la carga laboral de Carol Epuyao se duplicó y, en cada uno de sus reintegros, según la denunciante, la funcionaria evidenciaría una actitud hostil hacia ella.
“Contesta de manera grosera o dice garabatos como ‘estos conchas de su madre’. Todo esto en la oficina. En algunas ocasiones conversamos la situación, en la que yo le decía que a veces es mejor tener una actitud menos peleadora, tanto en el trabajo como en la vida. Finalmente tuve que optar por usar audífonos, porque el escenario era agotador”, explicó.
Asimismo, la ex Encargada del Programa Envejecimiento Activo relató diversos episodios en los que la seremi Acevedo la responsabilizaba por situaciones ajenas a sus funciones, evidenciando -según su relato- un trato vejatorio proveniente de distintos frentes.
Jefatura disfuncional
La actual Coordinadora Regional del Servicio Nacional del Adulto Mayor en Aysén es Claudia Andaur, psicóloga de la Universidad de Concepción, magíster en psicología comunitaria y diplomada en género y desarrollo. En su trayectoria figura, además, como exdirectora del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), y como titular de Seguridad Pública.
Una experiencia profesional que, según la denunciante, no se condice con su desempeño como jefatura, ya que “ella le teme a Sandra Henríquez y prefiere evitar entrar en conflicto, abandonando sus deberes como coordinadora”. En una ocasión, relata, “(Sandra) me gritó mientras redactaba una invitación, todo esto delante de Andaur, quien me tomó del brazo para que no le respondiera y abandonó la oficina para salir a fumar”.
Dentro de las funciones de Henríquez, establecidas en su Perfil de Cargo, se contempla la realización de mantenciones, como la revisión de la estufa de la oficina. “Otra colega deja en evidencia que esta no se hizo, lo que es esencial para el invierno y la jefa nos ‘llamó la atención’, haciendo referencia a que teníamos 'mala voluntad'. En aquel momento tampoco se realizaron las revisiones del vehículo institucional”, narró Epuyao.
Fuera de la oficina
Para Carol, la situación ya había escapado de todo control, manifestando un claro desapego por parte de la jefatura. Y aunque el ambiente laboral era insostenible, la hostilidad también se trasladó a espacios de su vida personal.
“Sandra Henríquez y Carolina Gómez (ambas funcionarias), me encuentran en un bar de Coyhaique y se acercan a mi mesa gritando, en evidente estado de ebriedad, increpándome por quien me acompañaba. Todo se tensionó aún más y, posteriormente, se envió un documento a la seremi de Desarrollo Social y Familia reclamando por mi actitud y, según la coordinadora, no sabía cómo responder a algo así”. Suma y sigue para Carol.
“Te están acorralando a ti y, de paso, a mí”
En el contexto de una actividad de Trafkintu —intercambio de semillas, plantas y saberes—, realizada en conjunto con otros servicios, “la coordinadora me comenta que Karina Acevedo le 'llamó la atención' porque la invitación estaba en la agenda del seremi de Cultura antes que en la de ella, información que es falsa, puesto que no se invitó a dicha autoridad”, expuso la denunciante.
Durante la evaluación posterior “le pedí retroalimentación a Claudia Andaur, quien comenta que la llamó Acevedo Auad, porque consideró que la actividad parecía de la Conadi, que había poca presencia de adultos mayores y que se comunicó con la contraparte municipal, quien 'le dijo' que desde Senama no hicimos nada”.
“Hablé con la encargada municipal, quien me aseguró que nadie se comunicó con ella. Esta situación generó mucho estrés. Le escribí un correo a Camilo Gutiérrez dejando como antecedente que no corresponde que intervengan para afectar el trabajo intersectorial. Pongo en conocimiento de la coordinadora la presión y el estrés que generó esta situación, pero el jefe de gabinete de la seremi insistía en ejercer más exigencias en mi contra, lo que ya es una persecución que viene desde adentro porque quieren mi puesto. Para Claudia Andaur, te están acorralando a ti y, de paso, a mí”, sentenció Epuyao Pinilla.
'Team Órdenes', la injerencia de la senadora
Respecto de la salida del primer coordinador durante la administración Boric, esta se habría producido -según comentarios al interior de Senama- “porque necesitaban poner a alguien del mismo equipo político. Se hablaba derechamente del 'team Órdenes'. Así llega Claudia Andaur, amiga de la senadora, sin experiencia previa en el cargo ni en la gestión del servicio. Esto no sólo genera un problema de conducción interna, porque se utiliza como una agencia de clientelismo político, donde lo importante no es la trayectoria ni las competencias, sino la cercanía con determinados sectores de poder”, siendo el principal de ellos la senadora Ximena Órdenes, de acuerdo a las fuentes consultadas.
Además, Claudia Andaur habría asumido la coordinación regional “como una persona 'apitutada' de la senadora Órdenes, al igual que otras autoridades del sector. Aquí existe una triangulación compleja entre Senama, la Seremi de Desarrollo Social y el gabinete de ésta, lo que termina afectando directamente el funcionamiento de un servicio tan sensible y la impresión permanente que no dejan trabajar bien, porque se priorizan lealtades políticas por sobre la correcta ejecución de los programas dirigidos a las personas mayores”, señaló la denunciante.
“Se instala gente afín a ciertos sectores y se ejerce control sobre lo que pasa adentro, más que preocuparse del impacto real de las intervenciones con las personas mayores. Eso se refleja en la forma en que se toman las decisiones, donde se observa improvisación, malas prácticas y una ausencia total de liderazgo técnico, lo que termina perjudicando tanto a los equipos como a los beneficiarios del servicio”, concluyó.
“Ojalá se pueda revertir”
Para José Manuel Vivallo, presidente de la Unión Comunal de Clubes de Adultos Mayores, UCAM Baqueano de Coyhaique, la desvinculación de Carol Epuyao es “inentendible”. Consultado respecto a la gestión de esta, destacó que “era muy positiva. Tenía una muy buena vinculación con todas las personas mayores y siempre muy llana para trabajar con ella”.
“(La desvinculación) me sorprendió, ya fue un impacto bien grande (…) también nosotros hacemos un reconocimiento a toda la gestión, entonces por eso que nos sorprendió mucho esta situación de Carol, pero ojalá que se pueda revertir”, explicó el representante de la UCAM.
Nicolás Quilodrán, el primer Coordinador de Senama en el Gobierno de Gabriel Boric, expresó que “el caso de Carol es diferente, porque ella no entró como confianza política, ella postuló a un concurso y pasó por un proceso, donde había otras personas dentro de una comisión, porque la decisión final no solamente fue mía”.
“Cuando alguien destaca, a veces hay gente que en vez de ocupar esos ejemplos como para una superación personal o profesional, busca amedrentar, porque pone en evidencia su falta de convicción (…) queda la sensación de que a veces las cosas que están hechas bien no se premian con la continuidad de una experiencia laboral, sino más bien priman otras cosas que tienen que ver con las confianzas políticas”, sentenció Quilodrán.
Finalmente, Carol Epuyao renunció a su militancia partidaria sin dejar sus convicciones de lado, pero sí con la amargura de la indolencia de quienes llegan a cargos designados sólo pensando en ellos mismos. Una historia más de maltrato y abuso laboral en dónde los procesos no se llevan como corresponden, sino al arbitrio de una autoridad que responde a intereses de actores políticos mayores.
Para este reportaje DeNota.cl se contactó a Claudia Andaur, Coordinadora Regional de Semana, quien estaba de vacaciones y expresó que la vocería de este caso se hace desde nivel central. Hablamos con el encargado de prensa de la Senadora Ximena Órdenes y quedamos a la espera de su respuesta -ante nuestra solicitud de entrevista- hasta el cierre de este contenido.
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