“¡Mira, María, se están fugando, qué bonito María!”. La anónima voz sonó esa tarde en diversos medios de comunicación. Uno de los vecinos de la expenitenciaría de Santiago se emocionaba al ser testigo privilegiado de la fuga más cinematográfica de la historia de Chile. Quedaba grabado así, como un sonido más de esta historia que hoy cumple 29 años.
Era día de visitas. Los familiares de los internos estaban en el sector de allanamiento cuando miembros del Frente Patriótico Manuel Rodriguez activaron la operación “Vuelo de Justicia”, que los sacaría de la Cárcel de Alta Seguridad, a bordo de un canasto, colgando de un helicóptero a vista y paciencia de los gendarmes, del Gobierno de Eduardo Frei y, a la postre, de todo un país.
También conocido como “El Gran Rescate” o “La Fuga del Siglo”, el operativo rescató y convirtió en los más buscados de la historia del país a Mauricio Hernández Norambuena, Ricardo Palma Salamanca, Patricio Ortiz Montenegro y Pablo Muñoz Hoffmann ese 30 de diciembre de 1996.
La cárcel más segura de todo Chile quedaba en entredicho en solo 58 segundos, cuando Pinochet todavía reinaba como comandante jefe del Ejército
Titulares internacionales reprodujeron la noticia como un fracaso para la seguridad carcelaria de Chile y un triunfo para quienes estaban condenados por el asesinato del senador Jaime Guzmán, y por el secuestro de Christian Edwards, hijo del dueño de El Mercurio, Agustín Edwards, además de otros delitos. Hernández Norambuena, conocido como el “comandante Ramiro” al interior del frente, había planeado el atentado contra el dictador Pinochet en la denominada Operación Siglo XX.
Cuando eran las 3 de la tarde, el helicóptero Bell Long Ranger 206 B1 -secuestrado por la célula de rescatistas y piloteado por un carabinero bajo amenaza- asomó en el cielo despejado sobre el edificio de la penitenciaría. Los gendarmes, al ser atacados con ráfagas de fusil automático, simplemente se parapetaron. Esta acción dio lugar a un enrevesado análisis que puso en tela de juicio el actuar de Gendarmería de Chile.
Al interior de la cárcel, los cuatro frentistas habían simulado una reunión, tras la cual dejaron un balde amarillo, donde debía posarse el canasto para huir.
Durante dos minutos y medio, y con dos frentistas colgando bajo el canasto, el helicóptero aterrizó en una cancha de fútbol del Parque Brasil, en la comuna de La Granja.
El propio Ricardo Palma Salamanca, en su libro “El gran rescate” (LOM Ediciones, 1998), describe la acción y dice que pensaron que debían enfrentarse a un cerco policial enorme, sin embargo, pudieron escapar en distintas direcciones.
“Todos los militantes debían propiciar su fuga”, era una máxima del FPMR y la habían honrado en 1990 con la huida más numerosa: 49 presos escaparon de la cárcel pública a través de un túnel de 60 metros de longitud, episodio dramatizado en la película Pacto de Fuga (David Albala, 2020).
De la Operación “Vuelo de Justicia”, el primer recapturado fue Patricio Ortiz Montenegro, detenido en Suiza en 1997. Recibió asilo político a los pocos meses.
En 2002, el comandante Ramiro fue detenido en Brasil, acusado del secuestro del publicista, Washington Olivetto. Fue condenado a 30 años de prisión y extraditado a Chile en 2019. Permanece recluido desde entonces.

Ricardo Palma Salamanca, el Negro, vive asilado en Francia desde febrero de 2018, cuando fue ubicado. La solicitud de extradición de Chile no prosperó.
A comienzos de este año, la Corte Suprema de Justicia de Chile decidió no extraditar a Pablo Muñoz Hoffmann, pues consideró que sus delitos estaban prescritos. Permanecía viviendo en La Paz, Bolivia.
29 años después de la gran fuga de la Cárcel de Alta Seguridad, la organización está aparentemente desactivada con una web sin actualizar desde mayo del 2022.